No es necesario lucir intimidante para ser más intimidante. Sabemos que existen personas que por su simple apariencia generan pavor o admiración en quien los ve, dependiendo de las circunstancias. Y es que, si un hombre alto, musculoso, de mirada firme y voz gruesa se te acerca de repente, lo más probable es que un cosquilleo te recorra el cuerpo y pienses ¿Qué hice? Sin embargo, el ser humano es capaz de generar este mismo efecto en los demás sin siquiera asomarse a tener características como las descritas anteriormente. Hoy te contaremos algunos trucos desde la psicología para que puedas intimidar a los demás, convenciéndolos de que tú eres quien manda.
¿Qué implica ser “intimidante”?
La intimidación es la acción de infligir miedo en los demás. A pesar de que pueda sonar como una acción perversa, lo cierto es que muchas personas quieren lograr generar este efecto en los demás para sentirse más empoderados y es que, mediante la intimidación, es posible ganar respeto. Sin importar si se está en el ambiente laboral o social, generar cierto grado de intimidación puede ayudarte a lograr muchas cosas. Claro está que la idea no es que vayas amenazando de muerte a todo aquel que se te cruces en tu camino, sino que infrinjas un grado de admiración hacia tu persona que permita que tu accionar sea más convincente y persuasivo.
El lenguaje corporal: Los seres humanos hemos llegado a ser la especie más desarrollada de entre todas las especies logrando, mediante el desarrollo del intelecto, desarrollar sociedades a lo largo del mundo. Nadie puede negar este hecho, sin embargo, tampoco podemos negar que, a pesar de lo civilizados que hemos llegado a ser, seguimos siendo animales, o al menos, una evolución de los mismos. Por ende, ello implica que, al igual que los perros o gorilas, poseemos manifestaciones corporales cuando sentimos que estamos en peligro. Los perros muestran los dientes, los gorilas se paran en dos patas, y los humanos tenemos poses expansivas.
Las poses expansivas son posiciones de alta potencia que provocan ciertos cambios hormonales que están relacionados con el estatus, el liderazgo y el dominio. Poses como poner las manos en las caderas, extender los brazos y las piernas al sentarnos u ocupar mucho espacio al estar de pie, elevan la testosterona, disminuyen el cortisol y aumentan los sentimientos de poder. Con dos simples poses una persona puede transmitir fuerza. Pararse de forma recta, cruzar los brazos mientras esperas, mantener una expresión facial neutral, mirar con el ceño fruncido y hacer pocos movimientos corporales en poco tiempo.
Seguridad al expresarse: si quieres mostrarte como una persona segura hay ciertos vicios que debes de romper. Debes hablar fuerte y claro. No gritando ni simulando una voz grave. Habla con tu voz normal, pero en una entonación lo suficientemente fuerte como para que las personas que están a tu alrededor te escuchen. Y, sobre todo, debes ser concreto mientras hablas. No balbucees ni dudes de lo que estás diciendo. Sé claro y directo. No seas redundante. Si repites muchas veces algo mientras lo estás contando parecerá que le pides a tu interlocutor aprobación sobre lo que estás diciendo.
Es fundamental el contacto visual mientras que hablas con alguien en específico. Sin embargo, no estamos hablando de un contacto visual constante, de esos en los que no despegues tus ojos de los de la persona con quien hablas. La idea es tratar de mantener el contacto visual la mayor parte de la conversación siendo conscientes de los momentos en los que desviamos la mirada y haciendo descansos enfocando tu mirada en el rostro entero de la persona con la que se habla para que este intercambio de miradas se dé de manera natural. Esta actividad también te ayudará a entender cómo se siente la persona con la que hablas ¿Él o ella evade mucho tu mirada o trata de mantener un contacto visual constante? Ello vendría a traducirse en el nivel de comodidad o seguridad que acarrea consigo mismo y con la situación.
Si te sientes muy inseguro sobre tu autopercepción, pero aun así te gustaría poder transmitir cierto grado de intimidación en los demás, no dudes en contactarnos. Trabajar en tu autoestima es clave para poder sentir más seguridad en situaciones en las que se quiere generar cierto grado de respeto, firmeza y amabilidad en las personas que se encuentran a tu alrededor.
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