Una investigación del Instituto Nacional de Salud Mental en el 2021 identificó que de cada 100 personas con algún trastorno mental detectado, 50 desearon recibir tratamiento, pero solo 12 tuvieron acceso a uno, un panorama alarmante para un período en el que ya se cuentan con reformas en la salud mental, como lo es la Ley N° 30947.
Esta ley se promulgó en el 2019 con el fin de que los profesionales médicos articulen esfuerzos, junto con la familia del paciente y otros agentes de la sociedad, para llevar a cabo los tratamientos necesarios; sin embargo, existen testimonios de familiares y análisis de profesionales que aseguran que su aplicación se enfrenta a un país donde no se cuenta con los recursos necesarios para ofrecer una atención de calidad.
A modo de ejemplo, podemos ver lo sucedido con el modelo “institucionalización”, el cual existió antes de la promulgación de la ley, que proponía el internamiento de larga duración de los pacientes, pero no promovía necesariamente su inclusión y restringía la participación de los mismos en la comunidad.
Justamente, un informe de la Defensoría reportó que, hasta el 2018, 600 personas permanecían internadas en centros de salud mental públicos y privados por períodos que podían superar los 70 años.
Hoy, con la actual Ley de Salud Mental, se apuesta por dejar progresivamente de internar a las personas con enfermedades mentales en hospitales psiquiátricos y que, solo en caso de ser necesario, se internen en áreas específicas por un determinado tiempo.
Esta nueva norma tiene un plazo de tres años para implementarse y plantea descentralizar y promocionar el bienestar psicológico, emocional y social en redes de salud mental comunitaria a nivel nacional. Asimismo, con el fin de hacer accesible esta atención, se han implementado 208 centros de salud mental comunitaria y 56 hogares protegidos alrededor de todo el Perú, lugares que sirven como residencia para las personas con trastornos mentales graves, incapacidad social y que no cuentan con soporte familiar.
Enfoque alejado de la realidad
Si bien este enfoque preventivo de la salud mental se centra en evitar desarrollar enfermedades y sus síntomas, cuando estas ya existen y se encuentran diagnosticadas, cambiar la manera de abordar la atención se vuelve más complejo.
Además, actualmente nos encontramos en un contexto donde ha crecido el número de la población con problemas de salud mental. Durante el 2021, la Línea 113 atendió más de 100 mil orientaciones en salud mental a nivel nacional, siendo los diagnósticos de estrés, ansiedad y depresión los más frecuentes, informó el Ministerio de Salud (Minsa).
“No hay talleres de reinserción a la sociedad, no hay un programa integral donde recibamos la información y concienticemos a la familia. No sabemos cómo atender a un paciente porque no nos informan, solamente se han dedicado a darnos la medicina”, detalla Mirtha Guerrero, quien forma parte de la Asociación de Familiares de Enfermos Mentales (ASFEM).
Bajo este contexto, si tú o algún familiar está pasando por una situación difícil o necesita contar con ayuda psicológica, en Felizmente estamos dispuestos a orientarte en temas relacionados a la salud mental y su correcto abordaje.
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