¿Alguna vez has tenido un día agotador, en el que no has sentido que hayas sido particularmente productivo? Te levantaste, tuviste una alta carga de estrés y, a pesar de no hacer muchas actividades, al terminar el día sentiste como si hubieras corrido una maratón. Estar expuesto a sensaciones que provocan ansiedad o, peor aún, sufrir ataques de ansiedad, ocasionan un sentimiento de cansancio profundo que, incluso, puede hacernos sentir más ansiosos. Es un círculo vicioso. Pero ¿A qué se debe este malestar?
La ansiedad genera adrenalina.
Cuando nos sentimos ansiosos, lo que ocurre es que nuestro cuerpo piensa que estamos en una situación de peligro. Es entonces que nuestro cuerpo empieza a segregar adrenalina y otras hormonas que nos preparan para enfrentarnos al peligro o, si es necesario, huir de él. Este incremento repentino de los niveles de vigilancia y luego de adrenalina, una vez que vuelven a la normalidad, ocasionan que nuestro cuerpo pague factura haciéndonos sentir agotados. Tu cuerpo en realidad cree que lo has ayudado a escapar de una situación amenazadora y cuando la adrenalina se restablece, necesita descansar.
Las consecuencias de este shot de adrenalina
La ansiedad puede impactar en la calidad de tu sueño
Cuando se sufre de ansiedad es muy probable que tengas que lidiar con el insomnio o quizás tengas pesadillas en la noches que te impiden conciliar el sueño y tener una noche de descanso ininterrumpida. En consecuencia, debido a que se te dificulta tanto quedarte dormido como mantenerte dormido terminas durmiendo menos horas de las que deberías y, por consiguiente, te sientes cansado a lo largo del día.
La ansiedad es mentalmente agotadora
Cuando sufres de ansiedad, no solamente se te dificulta conciliar el sueño sino que esta misma se vuelve el centro de tu vida pues, presientes que para poder estar tranquilo o tranquila, es de suma urgencia resolver eso que te hace sentir ansioso y terminas sobre pensando demasiado situaciones que quizás no son tan relevantes.
La ansiedad es físicamente agotadora
Al final del día, cuando se sufre de ansiedad crónica, esta se ve reflejada en nuestro cuerpo con un incremento en la presión sanguínea y pulso acelerado. Cuando la sensación de defensa o huida está activada por un periodo prolongado, nuestro cuerpo termina sintiéndose fatigado por tanta presión.
Tu sistema nervioso está usando todos sus recursos para protegerse de lo que piensa que es una amenaza. No es que estés haciendo menos que los demás y sintiéndote más cansado, lo que ocurre es que tu sistema nervioso está más activado que el de las otras personas y eso hace que te canses más rápido.
¿Crees que la ansiedad está afectando tu productividad y tu bienestar físico? Si ese es el caso, te recomendamos visitar a un profesional de la salud mental que pueda ayudarte a lidiar con la ansiedad y así puedas mejorar tu calidad de vida. En Felizmente estamos dispuestos a ayudarte de la mano de los mejores profesionales en salud mental.
Para más información relacionada a salud y bienestar mental, puedes consultar el contenido en nuestra sección de noticias.
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